El coraje iluminó el viejo mundo con la nueva luz.

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domingo, 17 de abril de 2011

Lituania.

Alquiler de bicicletas.
Catedral de Vilnius.
      Nuestra primera parada en el viaje a los Países Bálticos fue en Lituania. Para visitarla, elegimos un alojamiento en Vilnius, su capital. Optamos por un hotel próximo a la Catedral, dentro del casco histórico de la ciudad, declarado Patrimonio de la Humanidad en 1994. Desde aquí, es fácil moverse a todos los puntos de interés a pie o, para algunos lugares más alejados, en autobús. La red de transporte público es bastante buena y es una opción muy barata. Si queremos alternar el turismo con algo de deporte, otra opción es alquilar una bicicleta. Podrás hacerlo en la Oficina de Turismo o en algunos puntos repartidos por la ciudad, como el que está junto a la Iglesia de Santa Ana. Sólo salimos un día de la ciudad, para visitar la ciudad de Trakai.

      En las fechas en las que nosotros estuvimos allí, todavía no se apreciaba una gran cantidad de turistas occidentales. Da la impresión de que es un tesoro sólo descubierto por los países más cercanos y sus vecinos del norte, los escandinavos. Es de esperar que esto cambie en poco tiempo, porque nada más pisar la ciudad descubrirás que no tiene nada que envidiar a otras ciudades centro europeas mucho más visitadas por los turistas.

     Qué visitar en Vilnius.

     Catedral.

Pórtico de la Catedral.
Interior de la Catedral.
     Está situada al norte del casco histórico y a los pies del Castillo Superior. Lo primero que sorprende es su imponente fachada neoclásica, pero algunos detalles de su interior no se quedan atrás. Fue construida sobre un templo pagano, en 1251, utilizada por los soviéticos como pinacoteca en 1956 y devuelta a la Iglesia católica en 1989. Las esculturas de su fachada están perfectamente conservadas, y se agrupan en su mayoría a la entrada, que se realiza a través de un pórtico de estilo clásico. En su interior, destaca la Capilla de San Casimiro. No te puedes ir sin disfrutar de los frescos de su cúpula ni de su torre campanario. La iluminación hace que una de las mejores horas para visitarla sea cuando se pone el sol y, además, podrás disfrutar de la animación de la plaza que la rodea los días en los que la temperatura acompaña. No es extraño encontrar jóvenes patinando, grupos de malabaristas o músicos callejeros que le ponen un toque de animación. 


Capilla de San Casimiro.

Campanario de la Catedral.

Fachada de la Catedral.




     Qué más ver en Vilnius.
     
Santa Ana.

Iglesia Bernardina.
Si por algo destaca esta ciudad es por su gran cantidad de iglesias, la mayoría de ella muy bien conservadas. Atravesando la plaza de la Catedral, llegarás a la calle Bernardinu. Al final de ella, te encontrarás la iglesia de Santa Ana, una maravilla gótica con fachada de ladrillo que nadie debe perderse situada. Desde aquí, se puede hacer una ruta a píe que te permitirá conocer las principales iglesias de la ciudad, de variados estilos y confesiones. Junto a ella, se encuentra la iglesia Bernardina, construida entre los años 1500 y 1520.   

Santa Madre de Dios.

San Paraskeva.
     Siguiendo por la calle Maironio, bordeando un parque junto al río Vilnia, se llega a la iglesia de la Santa Madre de Dios, iglesia ortodoxa rusa del siglo XIX. Desde aquí, merece la pena cruzar un puente sobre el río que te lleva al barrio de Uzupio, o República Independiente, como le gusta denominarse. Es un barrio bohemio muy tranquilo y agradable. Cruzamos de nuevo el puente para continuar con el paseo. Se llega a una plaza muy animada donde los artistas exponen y venden sus obras, junto a la iglesia rusa ortodoxa de San Paraskeva. 
 
San Nicolás.

Un poco más adelante, siguiendo por la tranquila calle de Diszioji, continuación de la famosa y siempre bulliciosa Pilies, se llega a la iglesia ortodoxa de San Nicolás.  

Terraza de la plaza
 del Ayuntamiento.
   Siguiendo con nuestro paseo, llegaremos a la plaza del Ayuntamiento, un lugar muy animado con numerosas terrazas donde se puede comer o sentarse tranquilamente a tomar un café viendo pasar a la gente. Alrededor de la plaza es donde se ubican las mejores tiendas. Muchas de ellas, utilizan los sótanos como un espacio de venta más, y merece la pena bajar solo por ver cómo con y cómo los han mantenido tal y como eran hace cientos de años, con sus arcos y paredes de ladrillo.

Terraza de la plaza
 del Ayuntamiento.
 
Tienda de Vilnius.

Ayuntamiento de Vilnius.

    El primer Ayuntamiento de la ciudad fue construido en el Siglo XVI. El actual data del Siglo XVIII, y fue remodelado su interior en 1845 como teatro. Actualmente, es usado para numerosos eventos culturales. La fachada está decorado con un pórtico dórico con el patrón de Vilnius St. Christopher.
   

San Casimiro.
 
Iglesia Evangelica Luterana.

    A la izquierda del ayuntamiento, se encuentra la iglesia de San Casimiro, primera iglesia barroca de la ciudad levantada por los jesuitas a principios del siglo XVII.
 
   Pasando por detrás del edificio del Ayuntamiento, se llega a la calle Vokieciu, una de las más antiguas de la ciudad. Suele tener bastante tráfico, pero las aceras son amplias y tiene un paseo central arbolado que se agradece sobre todo en verano. En el número 20 de esta calle, una pequeña placa indica que pasando por un pequeño arco, se puede ver la iglesia Evangélica Luterana. Si no se va muy atento, es muy fácil pasar de largo sin darse cuenta.

Restaurante calle Vocieciu.

Resturante calle Vokieciu.

  Junto a ella, y si con el paseo se nos ha despertado el apetito, hay varios restaurantes decorados al estilo antiguo bastante recomendables y nada caro. El que está justo al lado de la iglesia, tiene un patio interior donde se puede comer al aire libre viendo la torre de ésta. Se accede a él a través de un soportal, por lo que está algo escondido.


   


   
    Dónde comer en Vinius.
Terrazas en la calle Pilies.

Venta de pinturas en la calle Pilies.
      Además de los ya mencionados restaurantes de la calle Vokieciu, la calle de los restaurantes por excelencia es Pilies. Si lo que se desea es tomar una copa por la tarde-noche, esta calle también es de la más animadas. En verano, son muy numerosas las terrazas al aire libre que se alternan con los numerosos locales, y, si no aprieta el calor, algo nada habitual, es una de las mejores opciones para comer, viendo la gente pasar.

Escudo en una fachada de la calle Pilies.

Venta de pinturas en la calle Pilies.
 

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